El ambiente lúdico al que nos transporta se va develando en varias etapas. Primero apreciamos a una niña de rostro dulce en una postura de Ballet con un equilibrio incipiente y que al mismo tiempo juega con los títeres que cuelgan de sus manos.

Al observar más detenidamente podemos descubrir distintos elementos, como el hecho de que los títeres son un diablito y un angelito, que son ellos los que jalan las cuerdas, o que la niña es en realidad una muñeca, pues tiene una especie de llave en la espalda.

Todos estos elementos son presentados como un juego. La serpiente, que representa la sabiduría, es la que hace girar la llave de cuerda del primer juguete. Este primer juguete es “la conciencia”, esa que intenta equilibrarse y cree que juega con los títeres del bien y del mal, pero al final, como el nombre de la pieza nos invita a cuestionarnos ¿Quién es el juguete?